top of page

SAGRADAS RELIQUIAS

Los cristianos tenemos como costumbre, desde el inicio de nuestra religión, venerar las reliquias. La palabra reliquia procede del latín reliquiae que significa resto, recuerdo o vestigio, y que hace referencia a objetos materiales pertenecientes a la pasión y muerte de Nuestro Señor, y a los restos mortales u objetos de diverso tipo que los mártires y santos dejaron como testimonio de su fe.

 

Actualmente nuestra Hermandad atesora cinco reliquias que son veneradas por fieles y devotos en las distintas festividades religiosas que celebra el santoral cristiano. Exponemos a continuación la relación de las mismas y cómo llegaron hasta nosotros. 

 

Las dos primeras reliquias que llegaron a la Capilla fueron las de Santa Lucía y las de los santos lugares de Tierra Santa, a comienzos de los años setenta, gracias a la mediación de nuestro querido y recordado hermano Paco Morillo (q. e. p. d.).

 

Reliquia de Santa Lucía

La gloriosa virgen y mártir Santa Lucía nació y murió en Siracusa, a caballo entre los siglos III y IV de nuestra era, en tiempos del emperador romano Diocleciano. Según la tradición, tras su martirio sus restos mortales fueron venerados en su Siracusa natal, hasta el siglo XI en que son trasladados a Constantinopla para preservarlos de la amenaza de los sarracenos. Allí permanecerán hasta 1204, año en que Enrico Dandolo, duque de Venecia, los lleva consigo hasta su ciudad, en la que se siguen venerando hoy en día en la iglesia de San Jeremías, junto al Gran Canal.

 

Por todos es conocida la arraigada devoción de la que goza la imagen de Santa Lucia en nuestro pueblo y su comarca. Devoción que se renueva cada año en la función solemne que nuestra Hermandad le dedica en la Capilla la tarde del 13 de diciembre y de la cual tenemos constancia de su celebración desde principios del siglo XVII, según dato encontrado por nuestro hermano Romualdo de Gelo en el Memorial de Fiestas de 1637 en el que ya se menciona “una misa cantada a Señora Santa Lucía en su día”.

 

La reliquia de la Santa llegó a la Capilla gracias a la generosidad de Jesús Morillo (q. e. p. d.), hermano de Paco Morillo, quien visitó por primera vez a la Virgen el 9 de octubre de 1972 y que desde entonces se convirtió en su benefactor. Jesús Morillo, conocedor de la devoción que en Albaida se le profesaba a Santa Lucia, trajo consigo la reliquia de un viaje realizado a Venecia.

La reliquia, consistente un pequeño fragmento de tela pasado por el cuerpo incorrupto de la Santa. Se insertó en un primer momento en un relicario de metal, prendido al pecho de la imagen de Santa Lucía de la Capilla y posteriormente se transfirió a una palma de plata que la Santa porta actualmente en su mano izquierda. Desde comienzos de los años 70 del pasado siglo, al terminar la misa solemne en su honor se da a besar a los fieles que acuden a la Capilla.

 

 

Reliquias de Tierra Santa

Fue también Jesús Morillo el que trajo consigo las reliquias procedentes de los santos lugares de Tierra Santa. De su visita a Nazaret, Jesús Morillo tomó un fragmento de piedra de la Casa de la Virgen. Según la tradición cristiana, del lugar donde vivió la Virgen y Jesús con san José en Nazaret, no queda nada, excepto la cueva excavada en la roca donde vivían, y sobre la que se levantan dos nuevas capillas que la cubren y protegen.

De su visita a Getsemaní, en el Monte de los Olivos, cerca de Jerusalén, Jesús Morillo tomó también una segunda piedra, recogida del olivar donde, según los Santos Evangelios, Jesús oró la última noche antes de su prendimiento.

 

Ambas piedras fueron insertadas en un relicario, obra de Jesús Domínguez, que en aquellos años era el orfebre que trabajaba para nuestra Hermandad. Todos conocemos este relicario que adorna tanto la calle central de la candelería del palio de Nuestra Madre y Señora de la Piedad como la delantera de su paso de Festividad. Sabemos que muestra a la Santa Cruz realizada con esmeraldas, circundada por un resplandor y sostenida por dos pequeños querubines. Lo que no todos saben es que en la base de este relicario están incrustadas las dos piedras que Jesús Morillo trajo consigo de Tierra Santa.

 

Reliquia de San Antonio de Padua

La historia de San Antonio de la Capilla está vinculada desde el siglo XIX a la familia de nuestra hermana Pascuala Delgado (q. e. p. d.). Fue una tía de ella, llamada Mariquita, la que estando trabajando en la casa sevillana de un sacerdote conocido popularmente como el Cura Cruz, heredó de él dos imágenes de oratorio que eran de la devoción particular del sacerdote.

 

Ambas imágenes, de tamaño académico, eran finas obras de arte atribuidas al imaginero Cristóbal Ramos. Estas imágenes no eran otras que las de San Antonio de Padua y la Inmaculada Concepción “La Portalita” que se veneran en nuestra Capilla y que la familia de Pascuala Delgado donó al Santuario a finales del siglo XIX o principios del XX.

 

La imagen de San Antonio venía acompañada de su reliquia devocional, reliquia que recibió de su madre nuestra hermana Inés García Delgado (q. e. p. d.), hija de Pascuala, como herencia familiar. Cada año, llegando el 13 de junio, Inés García traía la reliquia a la Capilla para que los devotos pudieran besarla y venerarla tras la misa de San Antonio. Fue la hija de Inés García, nuestra hermana Pascuala Morán García, la que la donó a la Capilla “porque mi madre me decía que la reliquia era para mí, para que yo la tuviera como un recuerdo suyo o para que la diera a la Capilla, que yo decidiera lo que quisiera. Yo quise que la reliquia quedara para la Hermandad, así que mi madre murió el 5 de octubre de 2006 y a los pocos días la llevé a la Capilla”. Desde entonces se presenta a los pies de la preciosa imagen del santo lisboeta.

 

Reliquia de San Juan Pablo II.

La historia de esta reliquia está también vinculada con la familia de Pascuala Delgado, esta vez en la persona de otra de sus nietas, María Jesús Colón García. La reliquia de Karol Józef Wojtyła (1920-2005) llegó a la Capilla gracias a la admiración y cariño que la familia Colón García profesó al Papa en vida, transformada en devoción tras su canonización en 2014.

 

La iniciativa de la solicitud de la reliquia partió de nuestra hermana María Jesús Colón que define a Juan Pablo II como “el Papa de mi generación, al que además encontraba gran parecido físico con mi padre” y que “tras conocer que algunas hermandades sevillanas habían solicitado reliquias del santo, lo primero que pensé fue en la Capilla”. Tras poner en conocimiento del Hermano Mayor su deseo de solicitar una, comenzaron el protocolo correspondiente con el asesoramiento de Laura Rodríguez Pérez, vinculada profesionalmente con el Arzobispado de Sevilla.

 

Tras dirigir carta al Arzobispo de Sevilla solicitando una reliquia del santo, nuestra Hermandad recibió contestación aconsejando de que la petición se realizara directamente a la Archidiócesis de Cracovia, en Polonia. La carta anunciando la concesión de la reliquia llegó el 16 de mayo de 2018 acompañada por una carta de autenticidad cuyo texto dice:

“Reverendo Hermano Mayor: En respuesta a su carta de 2 de abril le envío una reliquia auténtica de primer grado de San Juan Pablo II destinada para la veneración de los miembros de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del S. Cristo de la Vera-Cruz y N.S. de la Piedad en Albaida. Cuente con mi oración por Usted y por toda la Hermandad. Con todo mi afecto y bendición. +Stanislaw Card. Dziwisz”.

 

La reliquia es un trozo de tela manchada con partículas de la sangre procedente de la túnica que el Papa vestía el día del atentado sufrido el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Recordemos que Mehmet Ali Ağca disparó contra el Papa cuatro veces y que sobrevivió del ataque gracias a la protección de Nuestra Señora de Fátima, cuya festividad se celebraba aquel día. Recordemos también que la dignidad que concede la reliquia es el Cardenal Dziwisz, Arzobispo Emérito de Cracovia, secretario personal del Papa Juan Pablo II en vida y que por este motivo guardó la túnica que llevaba el día del atentado como un preciado tesoro. La reliquia se venera actualmente en artístico relicario de plata, obra de Manuel Fernando Martínez de Orfebrería San Juan y donada por la familia Rodríguez Sánchez.

 

 

Reliquia del Santo Lignum Crucis

La más preciada reliquia llegada a la Capilla, y de todas las más esperada, por cuanto representa para nuestra creencia y para nuestra Hermandad, es la del fragmento del Santo Madero, una astilla de la Verdadera Cruz en la que murió Nuestro Señor. Fue el 5 de mayo de 2019, durante la Función Solemne en honor de la Santa Cruz, cuando nuestro cura párroco D. Fermín Muñoz Domínguez la presentó a los cruceros en la Capilla congregados. De su historia nos da cumplida cuenta nuestro hermano Romualdo de Gelo en el estudio realizado sobre la misma.

 

Reliquia de San Manuel González

El Santo Obispo de los Sagrarios Abandonados tuvo siempre por fiel secretario a nuestro paisano y hermano D. Fernando Díaz de Gelo. El 29 de abril de 2001, el Santo Padre Juan Pablo II beatifica a D. Manuel González, y el Papa Francisco lo canoniza el 16 de octubre de 2016. Tras petición solicitada por nuestra Hermandad y contando con el aval de nuestra hermana Carmen Gelo Ibáñez, familiar de D. Fernando Díaz de Gelo, que fuera secretario del Santo Obispo y estrechamente vinculada a "Las Misioneras Eucarísticas", le fue concedida la Reliquia a nuestra Hermandad de la Santa Vera+Cruz. quien mostró su agradeimiento a la congregación "Misioneras Eucarísticas de Nazaret" por la concesión de la misma y que ha pasado a ser venerada en nuestra Capilla.

Su auténtica dice:

 

“A todos y a cada uno que estas Cartas presentes inspeccionen esta fe que hacemos, y damos testimonio, que de su lugar original, han sido extraídas las Reliquias de las partículas de los huesos del Santo Manuel González, y que tan reverentemente colocaron en la caja de metal, dorado, forma redonda, se fortificó de un cristal, bien envuelto y asegurado con un hilo de seda del color del rojo atada y sellada con nuestro sello. Dado en Roma, el 29 de abril. 2001. P. Romualdus Rodrigo O. A. R. Postulador”.

 

El 27 de mayo de 2021 dentro de la Santa Misa que celebra nuestra Hermandad de la Santa Vera+Cruz todos los meses en su Capilla, se procedió a la solemne entronización y bendición del relicario que contiene  la Reliquia de San Manuel González, cincelado en metal con terminación bicolor y cristal de roca azul, realizado por el “Taller de Orfebrería San Juan (Manuel Fernando)” y donada por nuestra hermana Carmen Gelo Ibáñez.

 

Que la veneración de todas estas reliquias sirva para mayor gloria del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y de su Madre Bendita de la Piedad.

José Antonio Colón Fraile

bottom of page