El Niño de la Virgen
Iconográficamente, el Divino Infante forma parte y es de la misma época y autoría que Nuestra Madre y Señora de la Piedad, representando a la Madre de Dios con su Hijo en brazos.
La primera documentación hallada hasta el presente es el Inventario de Bienes de la Iglesia Parroquial de 1690 que se halla en su Archivo propio, donde se dice:
"Ytem reconocióse la Imagen de Nuestra Señora de vestir con su Niño en los brazos, con un vestido y sus mangas de tela rosada antiguo y puntas de oro.”.
Pero la devoción al Niño-Dios es de larga y antigua tradición en la Hermandad, pues ya en 1568 la noble hidalga Doña María Melgarejo dejó una manda testamentaria para la celebración de “una Misa cantada del Gallo la noche de Navidad”, la cual se celebraba anualmente por nuestra Hermandad hasta su supresión en 1808, en que a petición del cura párroco don Antonio Lucena y Annes, el 29 de febrero se presenta ante el Rvmo. Sr. Abad de Olivares don Bernardo Antonio Poblaciones Dávalos, una relación de cultos debido a "la cortedad de estipendios". En recuerdo de esta Misa y por la honda devoción que la Hermandad le profesa al "Niño de la Virgen", actualmente y según sus Reglas, celebra Función solemne en su honor dentro de la Octava de Navidad.
Desde sus orígenes, la Imagen del Niño procesionaba con la Virgen el 3 de mayo en la Festividad: la Santa Cruz en sus andas y bajo templete, y Nuestra Madre y Señora de la Piedad con su Niño en los brazos, presentándose como Madre de Dios, bajo palio verde y saya y manto blanco y floreado y la media luna de plata por escabel de sus pies.
El Niño, al igual que Nuestra Señora, debió ser repolicromado en la restauración de 1721, siendo esta su policromía actual, como así lo corrobora el análisis químico de las muestras realizado en la intervención que Pedro Manzano Beltrán le ha realizado en 2020. En el informe emitido se dice: “La preparación es de yeso y cola animal (capa 1). Está totalmente impregnada de resina amarilla, posiblemente colofonia. La carnación tiene una base amarilla de tierras (capa 2). Hay sobre la base dos capas de color rosado. La inferior, con abayalde, bermellón y minio de plomo es la carnación original (capa 3). La capa superior tiene sólo albayalde y bermellón de grano fino. Parece tratarse de un remate aplicado también durante la ejecución original. La carnación, por su técnica elaborada, con la base anaranjada y por su composición, en la que se usa minio, tierra roja y yeso en las capas, es más propia de la segunda mitad del siglo XVII o siglo XVIII”.
En el Inventario de fecha 10 de mayo de 1726, se dice: “Unas gebillas (zapatitos) del Niño de plata y su valor son dos de plata". Y del Inventario con fecha de 15 de mayo de 1730: "Prendas del Niño”.
Gracias a dos Inventarios fechados en 1858 y 1869, sabemos que: El Divino Infante llevaba sobre sus sienes una corona de plata, que posteriormente se enajenó y se le hicieron tres potencias de plata (1869). Además, el Niño de la Virgen tenía tres vestidos comunes, dos pares de calzones, un par de enaguas blancas, un cíngulo para la Festividad (1869) y unos zapatos de plata (1869).
En 1903, desconocemos el motivo, Nuestra Madre y Señora de la Piedad dejó de procesionar con el Niño en Festividad. Esta estampa iconográfica no se volvió a ver hasta el 8 de mayo 1990, en que las Sagradas Imágenes, durante cuatro meses que duraron las obras en la Capilla, fueron depositadas en las dependencias anexas en un altar lo más decoroso posible, y a la Virgen se le colocó al Niño Jesús en su brazo izquierdo, toda vez que se estaba dorando nuevamente la peana en que habitualmente se muestra. Pero este sueño acariciado por muchos hermanos se verá realizado el 14 de septiembre de 2014, en que Nuestra Madre y Señora de la Piedad, portó como lo hacía desde sus orígenes seculares al Niño Jesús en su brazo izquierdo y en su mano derecha, cetro imperial. El Niño Jesús vestía trajecito de damasco bordado en oro, con corona y sandalias de plata dorada, que junto a la ropa interior era todo de estreno.
Un dato curioso y ¡no cabe la menor duda que es el “Niño de la Virgen”! es que en el Museo de Bellas Artes de Sevilla se halla un cuadro pintado al óleo sobre lienzo (0'89 x 0'66 m) titulado "La Santera" y pintado hacia 1930 por Manuel González Santos (Sevilla, 1875-1949). Fue donado al Museo de Bellas Artes por su creador en 1944. Son muchas las coincidencias: su enorme parecido, por esa época el Niño tenía un vestido rosa, las potencias son idénticas, la misma hechura de la peana y el detalle de la "demanda" (platillo para pedir la limosna) que se utiliza para pedir en las misas en la Capilla, así como el sillón en que está sentada la devota señora, que todo parece indicar, por las múltiples indagaciones realizadas, que fuese Rita, madre de Teodomira y “la Melliza”.
Datos directamente relacionados con el Niño son los que a continuación se relatan.
Con las obras realizadas en nuestra Capilla en 1979, en las ventanas cerradas se realizaron tres hornacinas y se cambió de lugar el retablo del Niño Jesús, que se colocó en el muro del evangelio del presbiterio.
El 31 de marzo 1989, en Cabildo General Extraordinario se acordó la restauración de la Santísima Virgen de la Piedad y del Niño Jesús por el Profesor Sr. Rivero-Carrera. Dio comienzo en la segunda semana del mes de mayo, y el 21 de octubre fue colocado en su retablo el Niño Jesús, tras la restauración efectuada.
El 27 de diciembre 1990: se celebró solemne Función religiosa en honor a nuestro Niño Jesús, que aparecía en el Altar Mayor, y por expreso deseo del Rvdo. D. Antonio Fernández Estévez, se dio a besar la bendita imagen del Niño. Dentro de dicha celebración se bendijeron tres potencias de oro macizo, realizadas en Joyería la Purísima (Sevilla); en el reverso una lleva el nombre grabado de Trinidad Fraile Muñoz, otra Niceto Gelo Martínez y la tercera, Socorro Fraile Muñoz, padres y tía respectivamente del donante Romualdo de Gelo Fraile al Niño Jesús.
El 11 de noviembre de 1995 se lleva a nuestro Niño Jesús al taller de D. José Rodríguez Rivero-Carrera para su restauración. El proceso terminó el 16 de diciembre en que llegó nuevamente a su Capilla. Nuevamente, 2 de junio 2020, se traslada al Niño Jesús al taller de D. Pedro Manzano para su restauración, concluyendo la misma el 13 de agosto con su reposición al culto.
La devoción, mimo y fervor que nuestra Hermandad siente por “el Niño de la Virgen” se manifiesta en un nutrido número de donaciones y preseas que se le realizan para su valioso ajuar. Sirvan de muestra:
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1996 Un traje blanco bordado en oro.
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1997 Cruz pectoral verde.
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2000 Donación de una Cruz de oro con perlas verdes, traje realizado en Otomán verde y bordado en oro, dos juegos de ropa interior.
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2003, tres potencias de plata.
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2004, traje estrenado en la Función de Navidad. Y se tapiza el interior del camarín de su retablo.
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2006, traje en color beige brocado en oro.
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2007, dos vestidos color verde y otro blanco, ambos brocados en dorado. Otro vestido verde con sobrevestido de encajes.
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2012 y 2013, dos pares de cuquillos respectivamente.
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El 5 de septiembre de 2014, se bendicen sandalias en plata de ley sobredoradas, corona en plata de ley sobredorada de estilo rocalla, conjunto de ropa interior y dos pares de calcetines rosas, traje bordado en oro de realce sobre damasco de raso labrador de color beige, incluye además encaje y blonda dorada rematando el traje. Además, ese mismo año estrena vestido rosa bordado en oro y cíngulo.
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2015, estrenaba rosario de malaquita de una cuenta.
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2016, un broche, traje de tul blanco bordado en oro fino y lentejuelas y un cetro de plata.
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2017, seis fundas para los trajes, restauración de las potencias más antiguas que tiene el Niño Jesús de 1869, una Cruz, un vestido bordado en oro sobre moaré color caldera, resplandor y zapatos de plata.
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2018, escudo bordado, Cruz de oro blanco, zapatos de crochet
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2019, traje para el Divino Infante de tisú de oro y malla, calcetines y alfiler, Cruz de oro blanco y amarillo y piedras de Swarovski.
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2020, cíngulo de hilo dorado y bolas de cristal.
Estudio realizado por Romualdo de Gelo Fraile