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Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz

“E así mesmo establecemos e ordenamos que tengamos una fiesta el día de la Cruz de Mayo, y todo cofrade que fuere en la Villa que venga el día de su víspera, e que vayamos todos a la víspera e que tengamos candelas e que arda el cirio e las candelas desde que comenzaran las vísperas hasta que sean dichas. Y todo cofrade que no fuere siendo sano e muñido que peche media libra de cera. E al otro día a la misa, que arda el cirio e que tengamos nuestras candelas e ofrezca cada uno lo que quisiere. E asista la Hermandad a la procesión general de dicho día de la Cruz. E el cofrade que no fuere que peche la misma pena. E que nos digan los clérigos una vigilia por los cofrades finados, e que arda nuestro cirio e que tengamos candelas desde que comenzare la vigilia hasta que sea dicha. Y el que a esta vigilia no fuere que peche media libra de cera. E al otro día que nos digan los clérigos una misa de réquiem por las ánimas de nuestros cofrades defuntos, que los perdone Dios e a nos traiga a buen fin. E dicha la misa, andemos en procesión al cementerio con los clérigos, e con el cirio e con las candelas, por ánimas de nuestros cofrades e por nuestros defuntos, bien e ordenadamente; y andada la procesión, que volvamos a la nuestra igles

Nuestra Hermandad, como todas las antiguas de esta advocación de la Santa Vera+Cruz, antes de constituirse como hermandades de penitencia y ordenar en sus Reglas la práctica de la misma en la noche del Jueves Santo, tenían como principal acto de culto y veneración a la Santa Cruz, cuya fiesta y celebración tenía eminentemente un marcado carácter glorioso y festivo.

La Santa Cruz, de madera tallada y dorada, es la insignia más antigua que posee la Hermandad, cuya hechura data del siglo XVI.

La Fiesta o Festividad de la Cruz, como vemos establecida en sus Reglas, se celebraba el 3 de mayo, Festividad de la Invención de la Santa Cruz, siendo desde sus orígenes la principal Fiesta de la Hermandad. En el año 1773 se realizó la Festividad de la Santa Cruz el 30 de junio, desconociéndose los motivos que indujeron a ello. En 1794 se celebra la Festividad en septiembre, en 1796 en octubre y en 1797 y 1799 en junio. Desconocemos los motivos que originaban esta inestabilidad de fecha de celebración, mas debió obedecer a motivos laborales y económicos. El año 1811 la Festividad se celebró en septiembre, pasando a ser desde esta época el mes habitual de su celebración con motivo de la Festividad litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de dicho mes, aunque actualmente, como perpetuo recuerdo de tan honda tradición crucera, la Hermandad continúa celebrando una solemne Misa cantada y Procesión de la misma el día 3 de mayo o su dominica más próxima en honor de la Santa Cruz y previo Triduo a Nuestra Madre y Señora de la Piedad.

Por la documentación existente, al menos desde finales del XVI y hasta el XVIII esta fiesta tenía carácter eminentemente religioso, aunque con el tiempo se iría cargando de un carácter más festivo. Consistía: el día 2 de mayo por la tarde se celebraba solemne Vísperas cantadas según la liturgia canónica de la época. El día 3, Fiesta principal de la Hermandad, se cantaba la solemne Misa de la Santa Cruz y posteriormente se realizaba la procesión general por el lugar (pueblo), figurando en ella la Santa Cruz en sus andas y Nuestra Madre y Señora de la Piedad que procesionaba bajo “un palio verde con cuatro borlas de seda y cuatro campanillas de plata” “una corona de plata imperial, una media luna de plata de filigrana con cuatro piedras, tres encarnadas y una verde, y una joya de plata sobredorada de petillo”, “y saya y manto blanco y floreado” y ostentando a su Divino Infante entre sus manos, en el centro de su regazo, el cual calzaba “unas gebillas (zapatitos) de plata y su valor son dos de plata". El paso constaba de cuatro varas o varales, lo que denota su reducido tamaño, portándose exclusivamente la Imagen de la Virgen con su Niño, sin adornos de flores ni velas, siendo portado por cuatro hermanos que previamente lo pujaban. Esa misma tarde del 3 de mayo, se celebraba la Vigilia, que tenía un carácter austero, pues en ella se hacía memorial de los cofrades difuntos. Los actos concluían con la Misa de aniversario o de réquiem del día 4 y posterior procesión de responsos al cementerio. Este es el origen de la Misa que por los hermanos difuntos celebran nuestra Hermandad actualmente en el mes de noviembre de cada año.

                

De la inseparable vinculación en la celebración y procesión en la Festividad de la Santa Cruz con la Imagen de Nuestra Madre y Señora de la Piedad desde sus remotos orígenes son explícitas las continuas referencias documentales que se hacen en los Libros de Cuentas y Cabildos de la Hermandad. Así, en la cuenta de 1715 aparecen constatadas las pujas para portar las andas de la siguiente forma: "Mas se le hace cargo de 22 reales y medio que dieron de limosna por llevar la Imagen de Nuestra Señora. Mas se le hace cargo de 60 reales de vellón que dieron de limosna por llevar a la Santa Cruz el día de su Fiesta". Y más explícitamente en el año 1719 se dice: "Mas se le hace cargo de 7 reales y medio que dieron de limosna por llevar la Imagen de Nuestra Señora el día de la Cruz".

Respecto a las andas o paso de la Santa Cruz conocemos por la cuenta de 12 de mayo de 1723 que "se le recibe en data 45 reales de vellón que costó el componer unas andas para la Cruz", mas, como se refiere en dicha data, no llegó a procesionar dicho año ni el siguiente por "estar la Cofradía alcanzada", es decir, sin fondos, como se dice en el Libro de Memorias de dicho año. En el cabildo celebrado el 4 de abril de 1725 se acuerda: "... se venda una arboleda y se proceda en los 100 reales que ha dicho Francisco de Aguilar, y se inviertan en dorar las andas que están empezadas a dorar y por falta de medios no se pueden acabar de perfeccionar, que son las que sirven para poner la Santísima Cruz y hacer la procesión del día de la Cruz. Y así lo acordaron y firmaron los que supieron". Este acuerdo es ratificado en Auto de visita de 15 de abril de dicho año y en la cuenta de 15 de mayo de 1725 se dice: "Mas se le recibe en data 195 reales de vellón que pagó al pintor para acabar de dorar las andas".

Curiosamente, en el Libro de Memorias se expresa: "Este año de 1725, 30 de marzo, Viernes Santo por la mañana, hice la procesión de penitencia con asistencia de los hermanos, y el no haberse hecho la noche antes, como es costumbre, fue por haber hecho la noche tempestuosa de mucha agua. Y la Fiesta general del día 3 de mayo no se hizo este año por estar por acabar de dorar las andas de la Santa Cruz". Al año siguiente, 1726, no se realizó la estación de penitencia, pero sí la Festividad de la Santa Cruz, para la cual se había terminado de dorar el paso y la peana de la misma, como consta en la cuenta tomada el 20 de mayo de 1726, donde se expresa literalmente: "Mas se le recibe en data a dicho mayordomo 20 reales de vellón que llevó Blas de Herrera por componer la peana de la Santa Cruz. Y 34 reales de vellón que llevó el pintor por dorar dicha peana de la Cruz".

Esta Festividad debió tener gran lucimiento y regocijo para la Hermandad, ya que en esta misma cuenta se dice que: "Se le hace cargo a dicho mayordomo de 124 reales y 3 cuartillos que dieron de limosna por llevar la Santa Cruz", cantidad exorbitada para lo que era corriente pujar en la época. Fue por tanto en este año de 1726 cuando se procesionó por primera vez con las nuevas andas doradas la Santa Cruz, figurando ésta bajo el hermoso templete recién tallado y dorado, conservándose hasta, al menos, 1858, en que ya se había realizado un nuevo paso, pues en el Inventario de dicho año se constatan: "Un paso viejo y otro nuevo para la Santa Cruz".

Como queda indicado al principio, desde comienzos del siglo XIX se celebra la Festividad generalmente en septiembre y será en este siglo cuando se introduzcan algunas interesantes novedades estéticas. Al menos desde mediados del siglo XIX, para la Festividad, Nuestra Señora procesionaba en un paso con palio celeste con 8 estrellas grandes blancas y 2 doradas (1869) sostenido por 6 varas y sus pies y perillas doradas. Nuestra Señora iba ataviada con saya y manto blanco. Llevaba sobre su pecho un aderezo dorado. Tres ramos de plata, uno para la mano de la Virgen y dos para las jarras. El Niño, vestido igual que la Señora para la Festividad, debía llevarlo sobre su brazo izquierdo y no en el centro de su regazo, como primitivamente lo hacía. El Divino Infante llevaba sobre sus sienes una corona de plata, que posteriormente se enajenó y se le hicieron tres potencias de plata (1869). Además, el Niño de la Virgen tenía tres vestidos comunes, dos pares de calzones, un par de enaguas blancas, un cíngulo para la Festividad (1869) y unos zapatos de plata (1869). Será en el año 1903 la última vez que Nuestra Señora procesione con su Niño en los brazos como lo hacía desde siglos en esta Festividad.

 

La Santa Cruz tenía dos pasos, uno viejo, el de 1725, y otro nuevo, con cuatro faldones y fundas de los mangos del paso antiguo y cuatro esquilones de plata que colgaban del templete.

 

Es en el siglo XX cuando la Festividad va adquiriendo, junto a su siempre marcada celebración religiosa, unos aditamentos festivos. Así, tras casi 30 años de ausencia de Festividad, en 1917 y 1918 se celebra "con mucho gusto y entusiasmo, celebrándose una solemne misa y por la tarde salió procesionalmente la Virgen y la Santa Cruz. Las calles muy adornadas con muchos arcos, la Plaza así mismo adornada con muchas luces eléctricas y tres días de velada con la música del pueblo. Toda la hermandad muy contenta y satisfecha, tirándose muy buenos fuegos". El primero de los citados años estrenó Nuestra Madre y Señora de la Piedad manto de terciopelo verde, saya de tisú de plata blanca bordada por María Pascuala y Francisca Muñoz, hermosa y elegantísima ráfaga y seis jarras de plata.

 

"En 1922, el señor don Joaquín Gelo Ceas, dispone de dorar el paso de Festividad", en que procesionó Nuestra Señora aquel mismo año. En 1924 estrena la Virgen de la Piedad "una rica toca de tisú bordado en oro fino hecha por la señora María Pepa Delgado y las señoritas María Luisa Muñoz y Lolita Rodríguez, quienes el mismo año se animaron y dispusieron de bordar el manto de terciopelo verde de Festividad. Lo empezaron en el mes de abril. El dibujo fue sacado por doña Antonia Routort de Jimeno. Éste lo está trabajando la señora María Pepa, directora de todo, y las señoritas Lolita y Eduardita Rodríguez". Se concluyó el 1 de agosto de 1925, luciéndolo Nuestra Señora de la Piedad en "una de las Festividades que con más lujo y entusiasmo se han celebrado", para la que vino el famoso Regimiento Granada.

Este manto de Festividad ha sido pasado a nuevo terciopelo de Lyon de color verde. Don José Vázquez, respetando íntegramente el dibujo original, lo ha enriquecido agrandando así sus dimensiones primitivas. Los trabajos de bordado y confección han sido realizados por un grupo de hermanos y hermanas. Se reestrenó en la Festividad de 1996.

"Durante los días 13, 14 y 15 de septiembre de 1927 se celebró la Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. Predicó el nunca bastantemente (sic) elogiado padre Luis. La parte musical estuvo a cargo de las ilustres señoritas de Carrión. Vino la Banda Militar de Cornetas y Tambores del Regimiento Granada, dirigida por el competente y afamado músico don Moisés García Espinosa. Se quemaron muchas y vistosas piezas de fuegos artificiales y numerosas luces de bengalas. El entusiasmo y animación de este pueblo pequeñito y simpático por sus tradicionales fiestas fue indescriptible".

En 1930 "la Festividad de la Exaltación se celebró en el mes de mayo en lugar de septiembre. La Festividad duró tres días. Al recogerse la procesión hubo un verdadero desbordamiento de entusiasmo, pues este pueblo vibra y se conmueve hasta el hechizo ante la vista de sus veneradas Imágenes, que parecen que están incrustadas en lo más íntimo del corazón y en lo más hondo del alma de Albaida". No necesita comentario la cita.

Es en 1942 cuando se tiene la primera constancia escrita de la celebración de la ROMERÍA como tal.  Inusitada, apoteósica, desbordante fue la FESTIVIDAD de ese año.

“De un esplendor inusitado, de una solemnidad que excede toda ponderación ha resultado este año la fiesta que a sus excelsos Titulares, Nuestro Señor de la Vera+Cruz y Nuestra Madre Santísima la Virgen de la Piedad, dedican todos los años la Hermandad del mismo nombre en el día 14 de septiembre.

El ambiente de entusiasmo que antes de las fiestas se notaba entre todos los hermanos, y principalmente entre las hermanas, las reuniones frecuentes del Cabildo, eran preludios de grandes y gratos acontecimientos.

El día 13 del actual por la tarde, más de un centenar de jóvenes de la localidad y del vecino pueblo de Olivares y llevando a la grupa una distinguida señorita ataviada con vistoso traje de flamenca, montaban sendos y briosos caballos, yendo en alegre ROMERÍA a la estación de ferrocarril a esperar a la Banda de música, cornetas y tambores de la Escuela Naval de San Fernando.

A las 4 en punto descendía del tren la citada Banda. Imposible describir aquel espectáculo de alegría, aquello semejaba un mar de cabezas humanas, pues estaba casi todo el pueblo de Albaida, una afluencia importante de Olivares y otra no menos de Villanueva del Ariscal. Grandioso por demás resultó aquel acto, con los vivas y cantos de la multitud enardecidas, las notas vibrantes de escogidas piezas y el detonar incesante de una lluvia de cohetes que se disparaban con verdadero derroche.

Pasados los primeros mementos y organizada la ROMERÍA,  se pone en marcha para Albaida. Al pasar por Olivares y a petición del vecindario se hizo un alto, tocando en la Plaza alegres pasodobles. Puede decirse que Olivares en pleno se volcó aquella noche sobre Albaida.

A las 8’30 de la noche entraba la ROMERÍA en el pueblo; espectáculo verdaderamente emocionante cuando se veía desfilar por nuestras calles tantos caballos con alegres parejas que enronquecían con sus vítores cuando se veían detrás la Banda de San Fernando tocando lo más selecto de su repertorio. Algunos lloraban de alegría.

Luego se encaminaron hacia la Capilla, y Romería y Música desfilan ante Nuestra Señora la Virgen de la Piedad. Después de un breve descanso estuvo tocando la Banda hasta bien avanzada la noche”.

Es en 1948 cuando se tiene constancia documental del piadoso acto devocional del Besamanos a la Santísima Virgen de la Piedad, así como la Romería y ofrenda floral que

"revistió este año caracteres de apoteosis. Las calles fueron engalanadas con los arcos y banderas de la Feria de Sevilla. El 13 por la tarde tuvo lugar la Romería, que después de entonarse solemne Salve en la puerta de la ermita (sic) se encaminó hacia la estación. La Santa Cruz fue colocada en artística carroza, dándole guardia infinidad de caballistas. La banda de música era la del tercio Sur de Infantería Marina de San Fernando. El desfile de la Romería ante la puerta de la Capilla fue emocionante. Los hombres vitoreaban a nuestra Madre, mientras las mujeres le arrojaban las mejores flores de sus casas. Mientras tanto, la Banda de música interpretaba marchas...

A las 6 de la tarde y bajo una gran afluencia de forasteros y una animación indescriptible, congregados todos en la Puerta de nuestra Capilla y bajo la interpretación del Himno Nacional, infinidad de cohetes, llantos y alegrías, bajo toda clase de escenas de amor a la Virgen, sale a la calle triunfante Nuestra Señora de la Piedad. El recorrido fue algo apoteósico, no faltando en el espacio infinidad de cohetes y bengalas. A las 10 de la noche da fin el recorrido, pues la nota culminante estuvo en la recogida: bengalas a granel, rezumbido de cohetes y rostros alegres y satisfechos por la acertada marcha de la fiesta y al son de delirantes vítores y música, entraba orgullosa de ser Madre de los Cruceros, Nuestra Madre, la Virgen de la Piedad”.

Prosigue el Acta relatando la crónica de la continuación de la fiesta, de la extraordinaria animación de esa noche con los sones de la Banda. "El día 15 hubo otra solemne Función religiosa y por la tarde el Besamanos a la Santísima Virgen". Al año siguiente se introduciría el Besapiés al Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, al día siguiente de finalizar el Quinario.

En el año 1951 se estrenó el actual paso repujado y plateado de Festividad realizado por el orfebre sevillano don Manuel Seco Velasco (sic). Para esta ocasión estrenó la Virgen una saya rosa bordada en oro y una toca.

Como se ha descrito en la página Sede Canónica, el 3 de septiembre de 1969, una vez concluidas las obras de la nueva Capilla tras el derrumbe de su techumbre el 24 de febrero del mismo año, se gira visita al Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla don José María Bueno Monreal quien "nos prometió su presencia el día 14, fecha de nuestra Festividad, y felicitó a la Hermandad por el ejemplo de abnegación y sacrificio que había dado". El 12 de septiembre se bendijeron las tres campanas que figurarían en la nueva espadaña con que culminaba la fachada principal de la nueva Capilla. El 13 de septiembre, después de 200 días de estancia en la Parroquia, volvían a su Capilla las Sagradas Imágenes Titulares.

El 14 de septiembre, en la Función principal, S.E. Rvma. bendijo la nueva Capilla bajo la advocación de la Santa Vera+Cruz, actuando la Escolanía Virgen de los Reyes de Sevilla. Por la tarde se realizó la primera salida procesional de Nuestra Madre y Señora de la Piedad de su flamante Capilla.

Tras este gozoso acontecimiento la Hermandad tomará nuevo brío y, por ende, la celebración de la Festividad que, a partir de 1973 irá puliendo los diversos actos que la integran tal y como hoy en día la conocemos, a saber: Coronación de las Reinas Mayor e Infantil de la Festividad y Damas de su corte; Romería de la Santa Cruz; Diana floreada, Procesión de Gloria de Nuestra Madre y Señora de la Piedad, Cross popular; y Besamanos a la Excelsa Madre de los cruceros. Actos estos que se celebran desde el jueves al domingo más cercanos al 14 de septiembre, Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz.

 

Romualdo de Gelo Fraile

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